El fiscal General de Michoacán, Adrián López Solís, informó que son 24 los cuerpos hallados en una fosa dentro de un predio de la comunidad de Comanja, municipio de Coeneo, entre ellos los de cinco mujeres.
Luego de que ayer la Fiscalía General del Estado (FGE) señaló en un comunicado que en una propiedad de la mencionada comunidad, se habían localizado inhumados clandestinamente 12 cuerpos, esta mañana el funcionario reconoció que tras los trabajos forenses, el total de víctimas encontradas fue de 24.
Detalló que entre los cadáveres hay cinco mujeres, entre los 20 y 40 años de edad, y explicó que actualmente personal forense del organismo autónomo coteja sus bancos de genética para saber si hay reporte en sus archivos de personas desaparecidas que coincidan con los restos.
El fiscal también mencionó, sin abundar, que la institución a su cargo ya tiene a los probables responsables de estos hechos violentos.
El inmueble donde se encontró la fosa fue cateado gracias a una orden emitida por un Juez de Control tras la sospecha de que ahí se realizaban inhumaciones clandestinas.
Además de los cadáveres, en el lugar se localizaron cinco vehículos, tres de ellos con reporte de robo.
De acuerdo con la Fiscalía General de Michoacán, los cadáveres estaban en estado de descomposición y fueron trasladados al Servicio Médico Forense, donde se les practica la necropsia de ley y los respectivos dictámenes periciales.
La zona es resguardada por personal de la Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad Pública, mientras se realizan las tareas de inspección y actos de investigación pertinentes.
Apenas el pasado 3 de febrero fue encontrada otra fosa clandestina con 11 cadáveres en la ciudad de Uruapan, una de las regiones más afectadas por la violencia ligada al crimen organizado.
En los últimos años, Michoacán ha sido uno de los estados más golpeados por la violencia ligada al crimen organizado.
De acuerdo con especialistas y defensores de derechos humanos, la ola de violencia en la región tiene su origen en 2006, cuando el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón lanzó en Michoacán una ofensiva militar contra el crimen organizado, la cual luego se extendió a nivel nacional.